Jesús Ortega
Como mencioné en otro capítulo, Jesús Ortega es un cuadro destacado de la izquierda, combativo y seguro de sus ideas y sus creencias, que siempre optó por el debate abierto de las posturas divergentes en lugar de encerrarse en posiciones personales e irreductibles. Ya desde los setenta y los ochenta, él como militante del PST y yo como diputado federal, hablábamos de la necesidad de construir acuerdos para democratizar a México. Esa tónica de conversaciones con respeto a las diferencias se mantuvo y profundizó con los años.
No es extraño por eso que antes de las elecciones presidenciales del 2012, es decir antes de saber por dónde se inclinaría el fiel de la balanza, nos reuniéramos para retomar esas conversaciones de juventud y proponer, más tarde, a los dirigentes de los partidos y los responsables de la transición una agenda común de servicio a México.
Para la izquierda en particular construir un pacto con los demás partidos era un hecho inédito, pues las escasas reformas impulsadas en las últimas administraciones federales habían sido producto de alianzas de coyuntura entre el PRI y el PAN. La izquierda, decía Jesús Ortega, no tenía por qué auto marginarse una vez más y dilapidar su importante capital político, dejar de aportar sus millones de votos a reformas que sirvieran a México, ganara quien ganara las elecciones presidenciales.
Definido el resultado de esa contienda, el compromiso de Jesús Ortega al proponer un acuerdo de amplio consenso que beneficiara al país no declinó, por eso fue uno de los actores centrales de la construcción del Pacto por México desde el ángulo de la izquierda y un participante fundacional de los trabajos al que después se sumarían otros importantes actores políticos.